Este acontecimiento, singular en la historia de la literatura en nuestro país, tuvo como protagonista a una joven poeta uruguaya que en ese momento contaba con 37 años. Había nacido en Melo, el 8 de marzo de 1892, con el nombre de Juana Fernández Morales.
El acto se realizó el sábado 10 de agosto de 1929; A la ceremonia asistió, además de importantes personalidades de la cultura y la política de la época, un nutrido público.
El Comité de Homenaje estuvo conformado por el Dr. Juan Zorrilla de San Martín, Dr.Carlos Vaz Ferreira, Dr. Carlos Reyles, Dr. Emilio Frugoni, Dr. José Pedro Segundo, Dr. Emilio Oribe, Dr. Dardo Regules, Dr. Santín C. Rossi y Eduardo Ferreira.
El evento contó no solo con la adhesión de intelectuales y políticos de muy diversas tiendas ideológicas e intelectuales, sino también del público -se estimó en 2.000 personas la concurrencia al Salón de los Pasos Perdidos. Todo este marco da cuenta del consenso y la adhesión que sucitaba la figura de Juana de Ibarbourou entre sus contemporáneos. El nombre “Juana de América” había sido propuesto por el escritor peruano José Santos Chocano en 1924.
El poeta Alberto Clulow abrió el acto y posteriormente hizo uso de la palabra el embajador de México en Argentina, el poeta Alfonso Reyes.