Mayor carga horaria. Esto significa que estamos más tiempo ocupados estudiando y aprendiendo cosas nuevas. No sólo en el colegio, también en casa haciendo tarea, que puede ser teórica o práctica.
Razonamiento técnico. Al tener tantas asignaturas técnicas como física, química y matemática, el alumno desarrolla una forma de pensar distinta. Además se adquiere practicidad para resolver problemas reales.
Aprendizaje de un oficio. Sea cual sea la orientación técnica que uno elija (electricidad, mecánica, electrónica, química, etc.) el hecho de recibirse implica el conocimiento de un oficio. Aunque luego se siga una carrera universitaria totalmente distinta, lo aprendido en el industrial no se olvidará y lo llevaremos dentro como un oficio que nos puede ser útil en cualquier momento de nuestra vida.
Salida laboral. Un técnico puede realizar muchas tareas muy requeridas por las empresas hoy en día. Mantenimiento, reparaciones, instalaciones, son algunas de ellas. Pero también un técnico puede trabajar de forma autónoma.