Brechner celebró los 10 años del Plan Ceibal
Tomado de http://elheraldo.com.uy
Los ciudadanos del futuro deben tener pensamiento crítico para enfrentar un mundo muy diferente, dijo.
El Consejo de Ministros celebrado ayer en Cardal coincidió con la celebración de los diez años del Plan Ceibal. Por tal motivo, el director del plan, Ing. Miguel Brechner, realizó una evaluación del camino recorrido sin perder de vista que los desafíos hacia el futuro son todavía más desafiantes.
UN MUNDO CAMBIANTE
“Podemos hablar mucho de cómo cambió el mundo en esta época”, comenzó diciendo. “Cuando en diciembre de 2006 el presidente anunció el Plan Ceibal, Facebook recién empezaba y tenía menos del 0,5% de usuarios de lo que tiene hoy, Youtube no existía, Instagram no existía, WhatsApp no existía, el concepto de la nube no existía y así podría seguir con una larga lista. Así que, el día que decidimos que esto se hiciera, claramente estábamos apostado al futuro.
EDUCACIÓN, TECNOLOGÍA Y EQUIDAD
“Nosotros desde el primer día planteamos que el Ceibal tenía que tener tres ejes”, explicó. “La equidad de inclusión, le tecnología y los aprendizajes. “Recuerdo perfectamente”, agregó refiriéndose al presidente Vázquez, “que cuando se le presentó el plan usted (por el presidente Vázquez) dijo, ‘sí señor, hagámoslo, pero para todos los niños no importa qué escuela, no importa qué barrio, no importa qué localidad, todos tienen que tener internet y todos tienen que tener su laptop’”.
Hizo énfasis especialmente en el concepto de equidad. “La equidad es una política pública: se construye, no cae del cielo, no viene dada por terceros. Equidad real implica que los niños puedan tener acceso a tecnologías a educación y aprendizaje en las mismas condiciones. Nosotros estamos muy acostumbrados a ver a los niños con las computadoras en las plazas, en los barrios, y esa es la imagen que más ha perdurado. Pero la equidad del Ceibal es mucho más profunda”, aclaró. “En el año 2007, en el quintil más pobre (20% más pobre de la población) 10 niños de cada 100 tenían acceso a computadoras, mientras que 90 de cada 100 lo tenían en el quintil más rico. Hoy en día no hay diferencia entre el 10% más pobre y el 10% más rico del Uruguay. Pero también es equidad cuando todos los textos de lectura o de estudio de la educación pública están disponibles para los niños. Ese es un derecho. Llevó muchos años implementar ese derecho, así que con el trabajo en conjunto con la ANEP hoy todos los niños tienen esto. Podemos acceder a libros. Podemos acceder a clubes de lectura. Podemos mejorar los aprendizajes y la comprensión lectora a través de un docente trabajando con todos sus alumnos a la vez y preguntándoles sobre los contenidos de los libros”, enfatizó.
EQUIDAD ES…
Evaluando la posición relativa de Uruguay en el mundo, Brechner no escatimó en su apreciación: “No me quiero equivocar, pero uno podría decir a los cuatro vientos que no hay país en el mundo que tenga tecnología, internet, laptops y libros para todos los niños del país”. Insistió, además, en otras manifestaciones de la equidad que significa Ceibal. “También es equidad que todos los niños puedan estudiar inglés. Pasamos de 30 mil a 115 mil niños. Estamos trabajando para que ese número llegue a 100%.” Y agregó: “Equidad es también lo que hicieron los pibes de Tala (que ganaron un concurso internacional de robótica). Equidad es también los jubilados, porque hoy tenemos más de 100 mil jubilados con tablets”. Además, explicó, “simplemente para que se hagan una idea y para que quede claro”, que hoy existen “unos 700.000 usuarios de Ceibal y 500.000 activos”.
MÁS ALLÁ DE ESO
Pero para Brechner, es decir, para el Gobierno, el éxito de Ceibal no se reduce a la consecución de la equidad. “Resuelto el tema equidad y el tecnológico, el tema fundamental es qué hacer con la educación de aprendizajes. La tecnología nos tiene que ayudar a mejorar las pedagogías, a acelerar las pedagogías, a mejorar los aprendizajes y, ni qué hablar, a personalizar la educación”, dijo.
El nuevo problema es cómo preparar a los estudiantes para un mundo que se mantiene en constante modificación. “Cuando ellos terminen bachillerato va a ser un mundo totalmente diferente al mundo de hoy. Mucho más rápidos los cambios de lo que nunca hemos visto. Por eso tenemos que formar jóvenes con pensamiento crítico, que les permita resolver problemas de la vida real, que tengan una mente creativa, que trabajen en forma colaborativa, que sean imaginativos, que sean buenos ciudadanos, que tengan carácter y que sepan comunicarse”. La base de estas necesidades se explica por un diagnóstico de la realidad muy concreto: “Los problemas mecánicos del futuro se resuelven con automatización. Pero los problemas profundos se resuelven diseñando, programando, armando robots. Y probablemente acá tengamos la futura generación para el trabajo del futuro”.